CONTRA LOS MALOS RECTORES
POR ANA CRISTINA RESTREPO J. PUBLICADO EL 10 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Las democracias frágiles son propensas
a caer en manos de dictadores. A su vez, las instituciones educativas con
padres de familia incautos o "demasiado ocupados" tienden a ser presa
de los malos rectores.
El pasado 4 de agosto, en Bogotá, se suicidó un
adolescente del Gimnasio Castillo Campestre. El Espectador dedicó la primera
plana del domingo al drama de la familia Urrego, que afrontó la persecución
contra su hijo homosexual por parte de la rectora de ese colegio
católico: Amanda Azucena Castillo.
Además del respeto a la diversidad, el caso propone
un debate necesario en torno a las funciones de los rectores escolares, sus
límites, evaluación de su desempeño, necesidad de rotación, manuales de
convivencia. Los abusos de poder de un mal rector rara vez salen a la luz: ni
profesores ni alumnos ni padres de familia se atreven a denunciar por miedo a
perder el empleo o el cupo.
Los malos rectores, esos que juegan tute con el
artículo 25 del decreto 1860 de 1994 e incumplen la promesa educativa de las
instituciones, tienen perfiles bien definidos:
1. Mandadero: excusa sus actos en su calidad de
"empleado de la Junta de Padres de Familia". Se limita a obedecer, a
hacer mandados.
2. Tecnócrata redomado: especialista en marcar
chulos para la Secretaría de Educación. Recita de memoria logros, indicadores y
variables, pero no recuerda el nombre de un solo alumno.
3. Soberbio: no siente la obligación de responder
por sus acciones. En nombre de "los valores para alcanzar la paz"
(como si fueran únicos, indiscutibles), la rectora del colegio en cuestión
pisoteó la Constitución, hizo trizas los derechos a la igualdad y la educación.
Despojó de dignidad a un adolescente.
4. Ventrílocuo: experto en citar en público y fuera
de contexto frases de Montaigne, Unamuno y Piaget. No tiene idea de quién es
ninguno de los anteriores.
5. Solapado: detestable con los alumnos, adorable
con los padres de familia, zalamero con los profesores que le pueden ayudar a
perpetuar su reinado.
6. La Dama: ficha de gran movilidad. Ocupa su cargo
como resultado de una operación estratégica de una cadena internacional de
colegios o, en las instituciones públicas, para pagar un favor político.
7. Conquistador: heredero de la tradición secular
de la evangelización española, cruza el océano hasta el Nuevo Mundo para
impartir civilización. Ilustra a las tribus bárbaras (cuyo idioma poco o nada
le preocupa).
Por supuesto, hay rectores excelentes, verdaderos
maestros: "seres de acogida" que comunican y guardan fidelidad a sí
mismos y al estudiante, como lo plantean las reflexiones de la filósofa Beatriz
Restrepo Gallego.
Su labor: loable; su presencia, indispensable.
De acuerdo con sus posibilidades y expectativas,
cada familia es libre de elegir la institución (laica o confesional) para sus
hijos.
No obstante, todo plantel tiene la obligación de
obedecer la Constitución. Me pregunto si la comunidad del Gimnasio Castillo
Campestre conocía el proceder de la rectora.
¿Y las secretarías de educación?
Este colegio y su rectora merecen una investigación
rigurosa y una sanción ejemplar, si es del caso.
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