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martes, 8 de mayo de 2012

Salud sexual

Lucy Nieto de Samper

En tiempos de sexo fácil, la población necesita recibir más orientación sobre el manejo de su sexualidad
Antes de ahora el sexo era tema tabú. Y por pudor no se hablaba de sexo. Los padres nada enseñaban a sus hijos y los hijos nada preguntaban. Esa incomunicación de doble vía la rompía a veces el colegio o alguna amistad informada develaba el misterio. Hoy, el sexo no tiene misterio. En las nuevas generaciones tener sexo, aun antes de la pubertad, es tan común y corriente como beber agua cuando se tiene sed.

La práctica frecuente del sexo fácil tiene graves consecuencias: tanta adolescente embarazada, tanto embarazo no deseado, miles de abortos inducidos, miles infectados de sida, transmitido por contacto sexual. Una encuesta sobre Demografía y Salud -EL TIEMPO, 27 de abril- revela que en Cundinamarca el 24 por ciento de jovencitas, entre 15 y 19 años, ya son madres o están esperando.

Otra investigación indica que no son deseados 67 por ciento de los embarazos registrados en el país y que 29 por ciento terminan en aborto inducido. Según estudio del Instituto Guttmacher, en Colombia hay, al año, 911.897 embarazos no planeados. Significa que de cada mil mujeres, entre 15 y 44 años, 89 tienen embarazos no deseados, tasa 25 por ciento más alta que el promedio en toda América Latina y el Caribe.En Colombia, donde el aborto está prohibido, salvo en tres casos despenalizados por la Corte Constitucional -violación, malformación del feto y peligro de muerte de la madre-, lo habitual es recurrir al aborto clandestino, que, practicado en condiciones higiénicas lamentables, lleva cada año a la tumba a miles de mujeres.
Para atender y prevenir problemas de salud sexual y reproductiva, existe desde hace 35 años la Fundación Oriéntame, dirigida por la doctora Cristina Villarreal. Las mujeres reciben atención integral y en particular se benefician quienes viven en Bogotá. Pero en alianza con la Fundación Apóyame, atienden a quienes viven en el Eje Cafetero. Según su informe de gestión, 2011, Oriéntame atendió a 17.195 mujeres con complicaciones de salud y 7.532 que requerían Tratamiento de Aborto Incompleto, emergencia catalogada por la Organización Mundial de la Salud como la segunda causa de hospitalización más común en casi todo hospital del Tercer Mundo.

En anticoncepción, tarea básica, atendió a 4.068 mujeres que por voluntad propia quisieron interrumpir su embarazo y asesoró a 11.600 mujeres y parejas. A 8.342 mujeres les suministró métodos anticonceptivos. Y todas reciben instrucción sobre sus derechos y orientación sexual, cuándo tener un hijo y cómo prevenir un embarazo no deseado.

En tiempos de sexo fácil, la población necesita recibir más orientación sobre el manejo de su sexualidad. Y la juventud, que, apoyada en "el libre desarrollo de la personalidad" garantizado por la Constitución, cree que puede hacer lo que quiera, debe aprender, por su bien, a tener un comportamiento sexual responsable. Porque es demasiado cruel traer al mundo tanto niño no deseado. E interrumpir un embarazo indeseado recurriendo al aborto clandestino es peligroso, pues se corre el riesgo de perder la vida.

Ante realidades tan preocupantes, la educación sexual es urgente. Debe darse en hogares y centros educativos. La ignorancia y el descontrol producen graves consecuencias. Basta ver todas las noches en televisión la lista de niños abandonados que publica el ICBF.

En mis viejos tiempos, cuando el médico Fernando Tamayo fundó Pro familia para atender la salud sexual y reproductiva de la mujer y se vendía como pan caliente El diluvio humano, obra de Claus Jacobi sobre explosión demográfica, había en Colombia aleccionadoras campañas sobre paternidad responsable y control natal. Hoy, la intensa actividad sexual exige revivirlas. Pues con información completa y oportuna es posible reducir problemas de salud pública y, también, controlar la irresponsable multiplicación de la especie humana.

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