Taller de lecto-escritura
“Pienso y luego existo”
Objetivo: Potenciar en el estudiante la creatividad de escritura, articulando aspectos del texto escrito como coherencia, cohesión, signos de puntuación y ortografía.
Grado: Décimo
Educación para el desarrollo social
Alfonso Gómez Méndez
Debemos crear las condiciones para que los jóvenes no escojan la docencia por descarte frente a las otras profesiones, que ofrecen mayores incentivos para quienes las eligen.
En la VI Cumbre de las Américas, tan vapuleada por cuenta de las veleidades pasionales de los traviesos miembros del servicio secreto de Obama, el presidente Santos pronunció un discurso que bien podría ser un derrotero para lo que debe ser la nueva agenda de la región: el combate contra la desigualdad y la pobreza extrema, junto con la tesis de que la educación debe ser el verdadero canal de ascenso social y económico en comunidades golpeadas por la inequitativa distribución del ingreso. Sin embargo, recientes informes de prensa revelan cuán lejos estamos de alcanzar las metas propuestas por el Primer Mandatario.
Por cierto, en edición de este diario, bajo el título 'Maestro oficial, una profesión que está en crisis', aparece una radiografía de la educación pública en Colombia, conforme a la cual los maestros de escuelas y colegios públicos no solamente son los peor pagados entre los profesionales, sino que no tienen la formación necesaria, pues muestran "pobres desempeños académicos".
Esos educadores son los encargados de formar a nuestros niños y adolescentes en las fases de preescolar, primaria y básica secundaria. La educación pública debe ser el pilar de una sociedad que realmente quiera combatir las desigualdades sociales. Aunque es importante, no se trata solamente del problema salarial. Debemos comenzar por "enseñar a enseñar" y eso supone atreverse a adelantar una verdadera revolución en el reclutamiento, formación, capacitación y estatuto salarial de quienes dedican su vida a la bella y noble tarea de enseñar.
No en vano el general Santander, presentado con gran injusticia histórica como simple "tinterillo", se esforzó por abrir los primeros colegios y universidades y utilizar métodos modernos para la época, saliéndole al paso a la educación puramente confesional.
López Pumarejo inició una revolución educativa, luego truncada con las escuelas de artes y oficios en su segunda administración. Para evitar la 'doctoritis', los estudiantes de educación secundaria salían además con especializaciones técnicas. Esa revolución pasaría por la creación de un modelo distinto de maestro, gracias al surgimiento de un grupo de universidades que se dedicaron exclusivamente a la formación de docentes e investigadores.
Así como Francia creó la Escuela Nacional de Administración -que tratamos de reproducir lamentablemente sin los resultados esperados con la Escuela Superior de Administración Pública- para la formación de los cuadros administrativos del Estado, Colombia debería crear uno o muchos centros universitarios, ojalá con inyección de formadores extranjeros exitosos, para dar el gran vuelco en la formación de los docentes. Y, desde luego, debemos crear las condiciones para que los jóvenes no escojan la docencia por descarte frente a las otras profesiones, que ofrecen mayores incentivos para quienes las eligen. Por ahí debe comenzar la revolución educativa, cuya prioridad, obviamente, debe reflejarse en los planes de desarrollo y en el presupuesto.
Y, para completar el cuadro, EL TIEMPO, en su edición del domingo, registra la aterradora noticia de que solo en lo que va corrido de este año en el departamento del Chocó -rico como pocos en recursos naturales- 14 niños han muerto de hambre.
¿Cómo podemos convertir la educación en el principal canal de ascenso social si los niños se mueren de hambre, si aún se desmayan por desnutrición en escuelas y colegios -a pesar de todo lo que se ha avanzado en gratuidad de la educación y en comedores escolares- y si los maestros de los colegios públicos están en la más baja escala de los profesionales del país?
El grado de desarrollo de un país se mide por la consideración y la forma como trata a sus maestros, jueces y policías. Aquí tratamos mal a los tres.
PROCESO DE COMPRENSIÓN Y ANÁLISIS
Ø Realizar la lectura de la columna periodística, posteriormente redacte un resumen resaltando las ideas más importantes.
Ø Di cuál es la opinión qué te genera la columna periodística “Educación para el desarrollo social” de Alfonso Gómez Méndez, redactando un texto argumentativo de tres (3) páginas.
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